El LLenado del vino
Aunque la enología puede parecer una ciencia exacta, y las labores de la bodega son repetitivas en el tiempo. El cambio climático se empieza a notar en nuestros campos, los veranos se alargan los otoños se acortan y todo esto influye de manera notable en la jornada laboral de la bodega.
Aún asi tengo tenemos que establecer un mes para realizar la función del llenado este seria en Diciembre.
Aunque en la trasiega muchos elementos en suspensión son retirados del vino, otros más ligeros no llegan a decantar por sí solos. Para ello se agregan al vino sustancias coloides de origen vegetal o animal.
Estas sustancias arrastran hacia el fondo impurezas en suspensión del vino.
Este paso en ocasiones va seguido de un filtrado, que consiste en pasar el vino por un elemento poroso para retirar las partículas en suspensión resistentes a la clarificación.
Con esto se evitan posos en la botella.
Crianza
Tras finalizar las dos fermentaciones, el vino se almacena en barricas de roble que aportarán sabores y olores al vino, según el tipo (francés, americano, etcétera) y el nivel de tostado que se le haya dado a la madera.
En ellas se sucederán una serie de procesos físico–químicos que irán “envejeciendo” el vino, estabilizando su color y enriqueciendo sus aromas.

Barricas de Roble
Las cubas suelen almacenarse apiladas en cavas subterráneas o almacenes frescos.
En ocasiones, durante la crianza o el embotellado se usa anhídrido sulfuroso para evitar bacterias de avinagrado.
Embotellado
El encorchado dispersa aire en el vino, y provoca un deterioro de éste al transformar los hierros que contiene
hasta que, transcurrido un tiempo, el oxígeno es asumido por el vino, y en unos meses se encuentra estabilizado de nuevo.